A lo largo de los años, cada vez hay más evidencias sobre el hecho de que realizar actividad física no solo tiene grandes beneficios a nivel físico, sino también a nivel mental. En esta ocasión, hablaremos de la dimensión mental, centrándonos en el impacto que tiene en el cerebro en diversos ámbitos.
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Actividad física y prevención del deterioro cognitivo
Uno de los descubrimientos más relevantes respecto al impacto de la actividad física en el cerebro es su capacidad preventiva frente al deterioro cognitivo en personas sanas. Es decir, se ha investigado cómo el ejercicio físico puede reducir el riesgo de desarrollar demencias y otras alteraciones cognitivas.
Esto se relaciona con el aumento en la capacidad cognitiva, favoreciendo habilidades como el análisis matemático, la memoria o la capacidad lingüística. Además, se fomenta la formación de nuevas neuronas, mejorando la plasticidad cerebral y promoviendo una mayor capacidad de adaptación del cerebro.
Sustancias liberadas por el cerebro durante la actividad física
Durante la actividad física, el cerebro libera varias sustancias beneficiosas.
Proteínas
Entre las primeras, destacan:
- FNDC, VEGF e IGF-1: proteínas que ayudan a mantener la salud de los vasos sanguíneos, protegen y promueven el crecimiento de neuronas, y mejoran la comunicación neuronal.
Neurotransmisores
Los neurotransmisores son “mensajeros” del cerebro que envían señales químicas entre neuronas. Algunos de los más importantes que se liberan durante la actividad física son:
- Dopamina: impulsa la motivación y la sensación de recompensa, regula el aprendizaje, la atención y el estado de ánimo, y ayuda a tomar decisiones. En el contexto del ejercicio, la liberación de dopamina previene recurrir a vías menos saludables como el alcohol o el tabaco.
- Serotonina: conocida como la “hormona de la felicidad”, regula el estado de ánimo, el apetito y el sueño. También favorece el control de impulsos y mejora la autoestima.
- Acetilcolina: clave en la activación muscular y en la mejora de las habilidades cognitivas, ayudando a prevenir el deterioro neurológico.
- Noradrenalina: asociada a la respuesta de “lucha o huida”, mejora el estado de alerta, la presión arterial y la capacidad de reacción. Es especialmente importante en deportes que requieren decisiones rápidas.
- Endorfinas: conocidas como la “droga del deportista”, generan una sensación de bienestar, satisfacción y euforia. Poseen efectos analgésicos y ansiolíticos, reduciendo el dolor y las sensaciones negativas, lo que impulsa a la persona a repetir la experiencia mediante la práctica de actividad física.
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¿Cómo puede un psicólogo deportivo ayudar a generar adherencia a la actividad física?
los beneficios de la actividad física en el cerebro son incuestionables, no solo por su impacto positivo en la salud física, sino también por su capacidad para mejorar la salud mental y emocional. Sin embargo, a pesar de conocer estas ventajas, muchas personas encuentran difícil mantener una práctica regular de ejercicio. Aquí es donde un psicólogo deportivo puede desempeñar un papel clave. Estos profesionales están especializados en ayudar a las personas a establecer y mantener hábitos saludables, trabajando aspectos como la motivación, la planificación y la gestión de obstáculos. A través de técnicas basadas en la psicología del deporte y la ciencia del comportamiento, pueden identificar barreras individuales, potenciar la autoestima, y fomentar estrategias efectivas para alcanzar objetivos. Además, enseñan a valorar los logros, a disfrutar del proceso y a desarrollar una mentalidad positiva frente a la práctica deportiva. De esta forma, se mejora la adherencia a la actividad física, logrando que las personas no solo inicien una rutina, sino que la mantengan a largo plazo, disfrutando de todos los beneficios que el ejercicio aporta tanto a nivel físico como mental. Un psicólogo deportivo no solo transforma el enfoque hacia el deporte, sino que también ayuda a construir una vida más saludable y equilibrada.
Actividad física para una mente y cuerpo saludables
Esta compleja y fascinante combinación de proteínas y neurotransmisores es esencial para mantener un estado de salud satisfactorio. La actividad física no solo previene enfermedades físicas, sino que también ayuda a combatir trastornos mentales como la depresión o la ansiedad. En resumen, practicar actividad física no solo permite vivir más tiempo, sino hacerlo con una calidad de vida notablemente superior.
Por Lucía Blázquez