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¿Baja productividad y rendimiento? Las 5 claves principales implicadas

Seguramente y en más de una ocasión te has sentido terriblemente improductivo en el desarrollo de tus tareas y responsabilidades, ya sea en el ámbito laboral o en casa. Es muy normal encontrarnos con sensaciones de desgana, inapetencia o falta de motivación. Incluso, hacer las cosas sin conseguir llegar a buen puerto o abandonando a mitad de camino, ¿te sientes identificado con alguna de estas situaciones?, sigue leyendo y te contamos más sobre las claves implicadas en la baja productividad y rendimiento.

5 claves implicadas en la baja productividad y bajo rendimiento

Todo esto que hemos compartido contigo hasta ahora, cuando ocurre de forma puntual, puede considerarse dentro de lo normal. Es fácil entender que todos “tenemos días malos” y debemos saber ser flexibles con nosotros mismos. El problema surge cuando deja de ser algo esporádico y termina por convertirse en lo habitual dentro de nuestro día a día, afectando de forma directe e indirecta nuestro rendimiento académico, nuestra productividad en el ámbito profesional o incluso a nuestra vida personal.

Por eso, vamos a ver algunas de las causas más habituales que provocan que no lleguemos a ser todo lo productivos que nos gustaría:

1. La procrastinación

Este es el más habitual de todos los problemas cuando hablamos de falta de rendimiento. ¿Eres de los que deja todo para última hora o para más tarde?  Pues eso es lo que significa procrastinar, ni más ni menos que aplazar en el tiempo una obligación o trabajo. Los motivos de por qué procrastinamos suelen ser diversos, aunque los más habituales tienen que ver con la pereza que nos da enfrentarnos a la tarea (percibida como una obligación) y también esta postergación puede venir motivada por el miedo a fallar debido a la dificultad de la misma.

2. Falta de planificación

: Otro gran problema que podemos incorporar a nuestra lista de habituales, es la falta de planificación o la planificación incorrecta de nuestro día a día de trabajo. Muchas personas trabajan bajo un elevado nivel de improvisación, donde los acontecimientos y prioridades van cambiando o surgen a medida que se desarrolla la jornada. Una especie de “caos” se va apoderando paulatinamente de la situación y hace que pueda peligrar nuestros niveles de productividad, ya que, sin una adecuada planificación, las cosas terminan por salirse completamente de control.

3. Falta de enfoque

La falta de enfoque o lo que es lo mismo, tener problemas con nuestra capacidad para mantener la atención y concentración en las tareas que desarrollamos, puede llegar a ser muy frustrante y afectar de forma directa a nuestro rendimiento. La falta de enfoque puede estar motivada por múltiples razones, pero principalmente se detectan dos factores:

  • Los ladrones del tiempo. De forma resumida, podemos apuntar que los ladrones del tiempo son por lo general, hábitos, actividades o situaciones que nos distraen y nos hacen perder el foco en lo que verdaderamente tenemos que hacer, provocando que nuestra jornada de trabajo sea altamente improductiva. Si quieres conocer más sobre este conjunto de “ladronzuelos”, te animamos a que leas nuestro articulo sobre los 8 ladrones de tiempo.
  • La multitarea. Aunque a priori pueda parecer que cuantas más cosas hagamos a la vez, mayor va a ser nuestro nivel de productividad, siento decirte que es justo lo contrario. Hacer varias cosas al mismo tiempo o saltar de una cosa a otra hace que disminuya drásticamente nuestra capacidad de concentración, ya que, al hacer cambios continuos entre diferentes tareas o actividades, nuestra mente es incapaz de enfocarse de forma adecuada en un tema determinado y da como resultado un rendimiento pobre y elevados niveles de cansancio y estrés.

4. La desmotivación

El desánimo, la desgana o la falta de motivación tiene una incidencia directa sobre nuestros niveles de rendimiento y productividad. La desmotivación puede estar provocada por un sinfín de causas que relacionan a la persona con la tarea o actividad. En este artículo vamos a poner de manifiesto y de forma resumida las más comunes:

  • Poca afinidad o convicción en los objetivos a lograr. Esta situación concreta, también se caracterizada por relacionarse con bajos niveles de confianza y apetencia a la hora de conseguirlos. 
  • Insuficiente precisión en la definición de objetivos. En este sentido nos estamos refiriendo a metas con bajo nivel de concreción cuando son establecidas, lo que provocara que no lleguen a buen puerto por carecer de suficiente información dando lugar a expectativas poco realistas.
  • Inadecuados niveles de activación. Un bajo nivel de activación provocará que no iniciemos con suficiente determinación las acciones necesarias para lograr nuestros objetivos. En los casos más extremos, en los que no exista un mínimo de energía, la persona acabara por declinar el inicio de la actividad. Por otro lado, cuando tenemos elevados niveles de activación, también existirá una repercusión negativa sobre nuestra productividad, ya que este exceso provocará que no podamos concentrarnos de forma adecuada en las actividades a realizar, haciendo que nos sintamos nerviosos y dispersos, incluso pudiendo llegar a bloquearnos.

5. Factores psicológicos y Skills

Por último, en este apartado podemos hacer referencia a las competencias personales y variables psicológicas presentes en cada uno de nosotros que tienen una determinante en nuestra productividad y rendimiento. Por nombrar algunas de ellas:

  • Miedo al fracaso.
  • Exceso de perfeccionismo.
  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Pensamientos repetitivos y ruido mental.
  • Bajo nivel de autocontrol y fuerza de voluntad.
  • Falta de capacidad para la resolución de problemas.
  • Baja resiliencia.
  • Insuficiente nivel de autoestima.

Desde UPAD queremos brindarte la oportunidad de trabajar mano a mano con nuestros profesionales especialistas en rendimiento, para que des un paso definitivo hacia adelante y pongas solución a todos tus problemas relacionados con la baja productividad.

Por Víctor Rodríguez Nerin

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