La trayectoria de un deportista, por lo general, suele ser larga, con sus altos y bajos, pero, en términos globales, se tiende a tener buenos recuerdos en los años que se practica el deporte que uno tanto disfruta. ¿Qué pasa después tras la retirada deportiva?
La retirada deportiva: un futuro incierto
El verdadero problema y dificultad en la vida de un deportista es el después de todo eso. Saber que pronto va a tener que retirarse, ya sea por motivos personales, laborales o físicos, supone una gran cantidad de preguntas acerca del futuro, así como la aparición de un conjunto de sentimientos que provocan que la persona termine sin saber qué hacer después de que llegue ese fin de etapa.
Toda la vida se prepara y habla al deportista acerca de los obstáculos que puede encontrarse a lo largo de su etapa en el deporte, de cómo puede afrontar las lesiones, cómo lidiar con los compañeros o la llegada a un nuevo club, y así infinitos temas relacionados con su práctica en el deporte. Pero de lo que no se habla es del “después de”, la retirada deportiva y lo que conlleva el hecho de reemplazar una rutina que lleva establecida durante años, por otra totalmente distinta.
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Posibles consecuencias psicológicas de la retirada deportiva
La retirada deportiva supone una nueva etapa para la persona, que supone un cambio de su rol a nivel social y profesional en muchos casos. Uno tiene que crear incluso nuevas redes de apoyo. Todo esto conlleva a bastantes efectos negativos que se asocian a la retirada deportiva, y estos se incrementan dependiendo del nivel de competición a la que estaban sometidos los deportistas. Es decir, en aquellos atletas de alto rendimiento se observaron problemas a nivel emocional graves, sentimientos de no haberlo superado a pesar de que su retirada fue años atrás además de dificultades en la transición de introducirse en sus nuevas ocupaciones. En deportistas que competían a nivel universitario describían la retirada como una de las fases más tristes de su vida, así como admitir tener, a día de hoy, insatisfacción consigo mismos. En general, las consecuencias generales que pueden derivar de retiro deportivo son el desarrollo de depresión, así como de ansiedad, malos hábitos en la alimentación y malestar no solo físico sino también psicológico.
A pesar de todo lo negativo que puede acarrear el retiro deportivo, es importante saber que estos efectos dependen de la vida que el deportista tiene a parte del deporte que práctica. Es mucho más fácil la adaptación fuera del deporte si se tienen otras actividades de forma simultanea al deporte, ya sea estudios o trabajo. Pero esto puede llegar a complicarse puesto que, muchas veces, debido a competiciones u otros eventos, se tiende a elegir dejar los estudios y seguir con el deporte.
Siguiendo con la retirada deportiva, para que este sea lo más exitoso posible debemos tener en cuenta no solo de factores relacionados con el deporte, sino también no relacionados con éste. Entre aquellos factores no atléticos se encuentra el nivel educativo y la vivencia de otras situaciones positivas y negativas que no se relacionen con el deporte. Los factores atléticos engloban la percepción de haber alcanzado las metas deportivas que uno se había propuesto, la identidad atlética y que el retiro haya sido voluntario.
Claves para afrontar la retirada deportiva
Se han estudiado varios modelos para afrontar la retirada deportiva, así como aquellos que se basan en el desentrenamiento que se encarga de la parte física pues es pasar de una rutina a nivel de ejercicio físico a una disminución de esta. Pero por lo general sigue sin haber mucho estudio acerca de esta gran etapa que a pesar de ser la más relevante dentro del deporte profesional, se han invertido muy pocos recursos para ayudar a afrontar a todos aquellos deportistas que terminan su carrera a nivel deportivo.
Sin embargo, sí que se conocen ciertos aspectos que los deportistas deben trabajar durante su etapa deportiva para que el momento del retiro sea lo más llevadero posible, y estos serían:
- Apoyo social: esto hace referencia a rodearte de contactos a nivel personal y profesional. Esto incluye familiares, amigos, así como otros compañeros dentro del deporte que compartan tu misma incertidumbre.
- Adaptación física y mental: Una vez que uno se retira el ejercicio físico va a disminuir de forma notable por lo que se deben adecuar los entrenamientos poco a poco y no cesar sin más la actividad física.
- Contactos a nivel profesional: El forjar relaciones con otros profesionales ayuda a que el retiro, así como tu carrera profesional suponga un conjunto de preocupaciones. Al igual que se tiene un entrenador también debes tener especialista en diferentes áreas como a nivel de preparación física, fisioterapeutas, nutricionistas, gestores y entre ellos un psicólogo, pues el bienestar mental se pone en juego a lo largo de la vida deportiva y también después de ella como he señalado.
En conclusión, toda etapa tiene un final, pero no se hace hincapié en qué ocurre después de ese final. La vida del atleta continúa, pero apartada del deporte por el que tantos años ha llorado, disfrutado y trabajado, es por esto mismo que la retirada deportiva debería ser un tema que se tenga más presente en la vida de los deportistas, así como el dar las herramientas para afrontarlo de la mejor manera, de una forma que no suponga un desequilibrio constante a nivel físico y emocional. Esto no significa que haya una solución o tratamiento que anule los efectos negativos que supone el retirarse del deporte, pero sí técnicas para que sea lo menos doloroso posible. Es relevante saber que el duelo o sufrir por dejar atrás un deporte que ha formado parte de tu vida es normal y necesario, pero, al igual que es imprescindible pasar por ello, también lo es superarlo y pasar página.
Por Lucía Ruíz