En nuestro día a día, muchos tenemos la costumbre o manía de realizar ciertas conductas que las consideramos “muy nuestras” y en algunos casos de obsesión, incluso “necesarias” o “inevitables”. Hablamos de rutinas vs. obsesiones.
En el ámbito deportivo, muchos jugadores tienen unas rutinas, rituales, manías, obsesiones o alguna conducta que realizan antes de competir en su disciplina correspondiente. Por ejemplo, Iker Casillas juega con las medias cambiadas de lugar (izquierda por derecha) todos los partidos, John Terry, exjugador del Chelsea FC, solía sentarse siempre en el mismo lugar en el autobús de camino al estadio, Usain Bolt se santigua unos segundos antes de la carrera y por último, Rafa Nadal es un caso muy claro del extremo de esta conducta, apreciable con observar sus numerosos movimientos que siempre repite ya sean corporales o en la propia colocación de sus botellas en cada partido.
Como he mencionado anteriormente hay diversas maneras de nombrar o calificar estas conductas, por lo que voy a dividirlas en dos grupos; las obsesiones por un lado y las rutinas por otro.
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¿En qué consisten las obsesiones?
Son dinámicas del pensamiento donde una idea se aferra a nuestra mente produciendo ansiedad o una grave preocupación si no se alivian. Una manera de aliviarlas son mediante formas concretas de realizar ciertas conductas, hasta que estas no se realicen no se elimina ese malestar, o bien se hacen para que no aparezca en una situación concreta. Si estas conductas de alivio interfieren con la vida de la persona a cualquier nivel, serán calificadas como Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Dentro de las obsesiones, aparecen las manías, las cuales suelen emplear elementos externos en los que depositamos nuestra confianza. Por ejemplo, rezar a una estampita, llevar encima la foto de un ser querido o un amuleto como puede ser una pulsera o collar. Si en cierta ocasión se olvida llevar el objeto que corresponde producirá una sensación de inquietud generando un sentimiento de no poder controlar los hechos por nosotros mismos. Las manías suelen acabar en obsesión.
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¿En qué consisten las rutinas y rituales?
Son conductas que se repiten en la rutina de una persona, dependen de nosotros y las controlamos para mejorar un rendimiento. Estas en su lugar, no son producidas por pensamientos de angustia y no interfieren con la funcionalidad de la persona que las realiza. Estas generan una falsa creencia de control sobre el hecho en cuestión al que se encuentran dirigidas.
La manera de diferenciarlas sería preguntando a estas personas en cuestión cómo se sentirían en el caso de no realizarlas y qué consecuencias podría tener.
Muchas de estas conductas se han normalizado y comenzaron mediante puro azar, logrando obtener cierto éxito tras haberlas realizado y convirtiéndose en pura superstición. Desde ese momento se realizará esa misma conducta para crear un sentimiento de confianza y tranquilidad, o simplemente de que la suerte estará de su lado. Nada de esto presenta aspectos negativos, si muchos deportistas de élite tienen alguna rutina y han cumplido sus objetivos desarrollándolas, bienvenidas sean. Mientras ellos sean capaces de entender que sus logros han sido conseguidos por sus propias habilidades y que, su ritual es un simple acompañamiento, este tendrá un efecto positivo.
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En conclusión, la mayoría de estas conductas se empiezan a realizar con frecuencia por mera superstición y con el paso del tiempo, o sigue siendo así, o pasan a sentirlo como un paso más de su entrenamiento, mentalización o preparación necesaria para empezar con confianza, tranquilidad y seguridad el acontecimiento que corresponde.
Por Sergio Palomo Rumschisky