Tradicionalmente, cuando hablamos de la figura del psicólogo, solemos asociarla a un especialista en la solución de trastornos mentales. Por otra parte, padecer un trastorno mental se ha asociado a signo de debilidad, incapacidad o inferioridad a nivel social, por lo tanto, hemos llegado a un punto en el que, todavía, acudir al psicólogo conlleva ciertas connotaciones negativas en vez de poder pensar en llevar a cabo un proceso de desarrollo personal.
Sin embargo, cada vez es más evidente la influencia de todos los procesos mentales en los distintos contextos de la vida.
Beneficios de un proceso de Desarrollo Personal
1. Soluciones
No todos los problemas con soluciones potenciales a nivel psicológico son trastornos mentales o, dicho pronto y mal, no hay que estar loco para acudir al psicólogo. Un caso concreto de ansiedad (ante los exámenes, entrevistas de trabajo, oposiciones competiciones deportivas), de baja atención (en niños, estudiantes) o de baja motivación, como podemos tener cualquiera de nosotros, es susceptible de mejorado con la ayuda de un psicólogo.
2. Puesta a punto
De la misma forma que vamos al gimnasio para estar en forma a nivel físico, acudir a la consulta de un psicólogo nos ayuda a entrenarnos a nivel mental. En contextos en los que está implicada la consecución de objetivos (deporte, formación artística, oposiciones, empresa) las variables psicológicas pueden ser la diferencia entre el éxito o el fracaso, más aún si hablamos de alto rendimiento.
3. Herramientas
Hasta el día de hoy, cuando se nos ha presentado un conflicto lo hemos solucionado con las herramientas que nos dan nuestras creencias y experiencia personales. Sin embargo, la realidad suele distar mucho de estos conocimientos intuitivos, y es muy difícil cambiarlos de forma espontánea. Un psicólogo puede darnos nuevos recursos para solucionar estos conflictos de forma más adaptativa.
4. Aprendizaje
Suele darse la situación de acudir a un psicólogo por un motivo concreto e irse de allí con más de lo que buscábamos. Y es que, los procesos mentales están interconectados entre sí, y la ansiedad que acusamos ante un examen importante es muy parecida a la que sentimos al tener que hablar en público o al tener una cita (solo cambia la situación). Por ello, acudir a un psicólogo nos ayuda a aprender psicología, y a ser conscientes de cómo funcionan algunos de nuestros procesos mentales y los de los demás.
5. Bienestar
A final de cuentas, un mayor conocimiento y entrenamiento mental redunda en nuestro bienestar, tanto para comportarnos de forma más adaptativa como para solucionar problemas. Por ello, ir al psicólogo no debe ser motivo de sanción social, sino que debe ser entendido como un suceso completamente normal y beneficioso.
Y tú, ¿qué otras ventajas crees que tiene un proceso de desarrollo personal?
Por Jaime Marcos.