La tecnología se ha estado implantando en el mundo del fútbol poco a poco en los últimos años. Cuesta entender lo atrasado que iba este deporte con respecto a otros muchos (como el tenis o el baloncesto) en lo que a tecnología y arbitraje se refiere. El Video Assistant Referee, conocido como el VAR, es la última actualización tecnológica que se ha implantado en el fútbol.
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VAR: 4 acciones que pueden cambiar el rumbo del partido
Comenzó a ponerse en práctica en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en 2016, y su uso se ha extendido a prácticamente todo el mundo y a todas las competiciones importantes (como la UEFA Champions League, torneos internacionales como la Copa América y las grandes ligas europeas). Sin embargo, el sistema dista mucho de ser perfecto. Su uso se ha limitado por la propia FIFA a cuatro acciones que pueden cambiar el rumbo del juego:
- Goles
- Penaltis
- Expulsiones directas (nunca por doble amarilla)
- Confusión de identidad en amonestados
En ningún caso el VAR puede salirse de estos cuatro supuestos o interrumpir una jugada de peligro. Además, suele suceder que las jugadas tardan mucho en ser revisadas, lo que enlentece el ritmo del juego. Eso no sólo es perjudicial para los aficionados, que pueden aburrirse más; sino que también puede alterar a los jugadores. En un partido se viven multitud de emociones continuamente, con mucha tensión, presión, adrenalina y nerviosismo. El deportista suele estar familiarizado con estas emociones, y en mayor o menor medida, las controla y se adapta los ritmos del juego. Pero los cambios de ritmo que añade el VAR no ayudan en absoluto a los futbolistas. Son momentos de mucha tensión por la gran repercusión que puede tener en el resultado del partido, y la decisión hay veces que tarda mucho en llegar. Pensemos lo demoledor que puede ser marcar el gol de la victoria y celebrarlo con todos tus compañeros; y que 3 o 4 minutos después el árbitro lo anule porque el VAR ha señalado falta a favor del equipo que defendía.
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Limitaciones del uso del VAR
Mucha gente no entiende por qué no se aplica el VAR a todo lo que sucede en un partido, pero, si se hiciera así, habría importantes consecuencias negativas para el deporte: la primera es que se interrumpiría el juego constantemente y se perdería mucho tiempo en revisar cada jugada para dar un buen veredicto. Además, el árbitro perdería absolutamente su autoridad al no tener ningún poder de decisión en el terreno de juego.
En cualquier deporte hay que intentar cuidar en primer lugar al deportista, y en segundo lugar al aficionado. La tecnología puede ayudar a que los resultados sean más justos, y su uso debería ser casi obligatorio si sirve para asegurar el juego limpio y la justicia en el resultado.
No obstante, hay que pensar bien cómo se usa la tecnología para interrumpir lo mínimo posible en el desarrollo del juego y no estorbar al deportista o al aficionado. En el caso del fútbol, se podrían poner las repeticiones de la jugada en las pantallas del estadio, para que el árbitro pueda verlo sin necesidad de desplazarse y que los jugadores y los aficionados también puedan visualizar lo que ha sucedido. Otra posible medida sería transmitir en directo la conversación entre el VAR y el árbitro, para que los jugadores también sean conscientes de lo que está pasando y comprendan la decisión arbitral, sin necesidad de estar varios minutos esperando en silencio al veredicto final. No tiene por qué escucharlo todo el equipo, podrían escucharlo únicamente los capitanes y los entrenadores, por ejemplo.
Otra manera de promover el juego limpio, que al final es a lo que debería aspirar todo deportista, sería la de “castigar” severamente al jugador que “finge” una lesión para perder tiempo en un partido o para lograr que piten falta a su favor. Los llamados “piscineros” podrían extinguirse si este tipo de medidas penalizaran sus acciones.
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En cualquier caso, se están haciendo grandes avances en el mundo del fútbol gracias a la implantación de este tipo de medidas. Pronto, los “robos” en los partidos pasarán a la historia, y deportista y aficionado podrán disfrutar más del espectáculo deportivo.
Por Jorge Núñez