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Cómo gestionar el síndrome del impostor en el opositor

Cómo gestionar el síndrome del impostor en el opositor

Preparar una oposición es una de las pruebas más exigentes que una persona puede afrontar. Implica dedicación, sacrificio y una gran capacidad de resistencia ante la incertidumbre. Sin embargo, muchas veces, al margen del esfuerzo invertido, algunos opositores sienten que no son lo suficientemente buenos, que están lejos de la excelencia exigida o que su éxito sería un golpe de suerte en lugar de un reflejo de su mérito y capacidad. A este fenómeno lo conocemos como el síndrome del impostor, una experiencia psicológica que puede afectar la confianza y el rendimiento del opositor.

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¿Qué es el síndrome del impostor y cómo afecta a los opositores?

El síndrome del impostor se manifiesta en la sensación de que uno no es lo suficientemente competente y que sus logros son producto de la suerte, el azar o la benevolencia ajena, en lugar del propio esfuerzo y preparación. En el contexto de las oposiciones, esto se traduce en pensamientos como:

  • «Seguro que los demás saben mucho más que yo.»
  • «Voy a presentarme, pero no creo que tenga posibilidades reales.»
  • «Si apruebo, será porque el examen fue fácil, no porque yo estuviera preparado.»
  • «No merezco este puesto, hay candidatos mucho mejores.»

Estos pensamientos generados por el síndrome del impostor generan ansiedad, desmotivación y un desgaste emocional que puede afectar el rendimiento en la preparación e incluso en el propio examen.

Ejemplo: el caso de Laura

Laura lleva dos años preparando su oposición a la Administración Pública. A pesar de que sus simulacros reflejan buenos resultados, siente que nunca es suficiente (síndrome del impostor). Cree que ha memorizado, pero que no entiende de verdad los conceptos, y que otros opositores tienen un dominio mucho más sólido. Cuando saca una buena nota en el simulacro, se dice a sí misma que ha tenido suerte con las preguntas. Su preparador intenta mostrarle evidencia de su progreso, pero ella sigue dudando de sus capacidades. Este tipo de pensamiento la lleva a autoexigirse hasta el agotamiento, generando un ciclo de inseguridad que no le permite disfrutar de sus avances.

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Cómo superar el síndrome del impostor en la oposición

El primer paso para gestionar el síndrome del impostor es reconocerlo. Una vez identificado, podemos trabajar con estrategias concretas para afrontarlo.

1. Reformular el diálogo interno

Los pensamientos autocríticos generados por el síndrome del impostor pueden ser muy limitantes. Si en lugar de decirnos «No soy lo suficientemente bueno», nos decimos «Estoy haciendo todo lo posible para mejorar y avanzar», nuestra perspectiva cambia. Algunas frases que podemos usar para reformular nuestra narrativa interna incluyen:

  • «Tengo derecho a confiar en mi esfuerzo.»
  • «Mis avances son reales y no fruto del azar.»
  • «He trabajado mucho para llegar hasta aquí y merezco esta oportunidad.»
  • «Todo opositor siente dudas, pero eso no significa que no sea capaz.»

2. Registrar logros y avances

Llevar un registro de los avances nos permite visualizar el progreso de manera objetiva. Podemos usar un cuaderno donde anotemos:

  • Simulacros aprobados y mejoras en puntuaciones.
  • Conceptos que antes no comprendíamos y que ahora dominamos.
  • Horas de estudio efectivas cada semana.
  • Feedback positivo de preparadores o compañeros.

Tener pruebas concretas de nuestro progreso nos ayuda a contrarrestar el síndrome del impostor y la sensación de que «no sabemos nada».

3. Aceptar la imperfección

Es común que los opositores se exijan dominar absolutamente todo. Sin embargo, nadie lo sabe todo, ni siquiera los mejores profesionales en sus áreas. Aprender a aceptar que el conocimiento es un proceso en constante evolución nos permite reducir la autoexigencia excesiva. No necesitamos saberlo todo para aprobar, sino demostrar que tenemos la preparación suficiente para ejercer el puesto al que aspiramos.

4. Compararse con uno mismo, no con los demás

Compararnos con otros opositores solo alimenta la inseguridad y al síndrome del impostor. Cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje y circunstancias individuales. En lugar de pensar «Ellos llevan menos tiempo estudiando y ya dominan mejor este tema», podemos centrarnos en nuestra propia evolución: «Antes me costaba este concepto y ahora lo entiendo mucho mejor».

5. Visualizar el éxito

Una técnica eficaz para reforzar la confianza es visualizar situaciones en las que nos desempeñamos bien en el examen. Imaginarnos respondiendo preguntas con seguridad o resolviendo problemas con eficacia nos ayuda a reducir la ansiedad y fortalecer la sensación de competencia.

6. Buscar apoyo en la comunidad opositora

El síndrome del impostor es más común de lo que parece. Compartir experiencias con otros opositores nos permite darnos cuenta de que no estamos solos en esta lucha. Hablar con personas que han pasado por lo mismo y han logrado superar estas inseguridades puede ser una fuente de motivación y alivio.

7. Practicar la autocompasión

Preparar una oposición es un reto enorme. Es fundamental ser amables con nosotros mismos en este proceso. Si un amigo nos dijera «Creo que no soy lo suficientemente bueno para esto», ¿qué le responderíamos? Seguramente intentaríamos animarlo y recordarle su esfuerzo. Hagamos lo mismo con nosotros mismos.

8. Buscar apoyo profesional si es necesario

Si la sensación de impostor es muy intensa y está interfiriendo con la calidad de vida y el rendimiento, acudir a un psicólogo especialista en opositores puede ser de gran ayuda. Un profesional nos brindará herramientas para manejar la ansiedad, reestructurar pensamientos limitantes y fortalecer nuestra confianza.

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El síndrome del impostor es una barrera psicológica que puede dificultar el camino del opositor, pero no es un obstáculo insalvable. Con estrategias adecuadas y un cambio en la forma de pensar sobre nuestros logros, podemos aprender a reconocer nuestro esfuerzo y capacidad. Aprobemos o no a la primera, cada día de estudio nos acerca un paso más a nuestro objetivo. Merecemos confiar en nosotros mismos y en todo lo que hemos trabajado para llegar hasta aquí.

Por UPAD Psicología y Coaching

@upad_pc

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