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Influencia de las Redes Sociales en los Trastornos de la Conducta Alimentaria

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades psicológicas complejas, de etiología multicausal y que afecta a un gran número de personas. Los diagnósticos que se realizan más frecuentemente son la anorexia y la bulimia. Los TCA tienen síntomas comunes como preocupación excesiva por la comida, el peso y/o la figura corporal, así como conductas que tienen como finalidad reducir y controlar el peso.

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

Los trastornos de la conducta alimentaria forman parte de los trastornos más comunes que afectan a la población joven, especialmente a mujeres jóvenes y adolescentes. Cada vez es más frecuente detectar este tipo de trastornos en niñas cada vez más jóvenes, pero no sólo en menores se detecta un aumento de los casos, sino también en adultos.

Nueve de cada diez personas con trastornos de conducta alimentaria son mujeres entre los 12 y los 21 años. Entre estos trastornos el más común es la bulimia, que afecta a personas de ambos sexos, y le sigue la anorexia nerviosa, más común en mujeres que en hombres.

Tiene sentido que sea más frecuente en la adolescencia e inicio de la edad adulta estos trastornos, ya que es en esta etapa de la madurez donde se producen más cambios en el cuerpo. Según la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) el 65% de las adolescentes no se sienten satisfechas con su físico. Además hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad en la que se valora de forma positiva tener un cuerpo delgado y “perfecto”, por lo que es lógico que las adolescentes busquen en las redes sociales referentes que cumplan con ese ideal de belleza. La reacción hacia la percepción del cuerpo varía en función del sexo, mientras que las mujeres ante una percepción de sobrepeso tienden más a utilizar dietas para perder peso, los hombres pueden llegar a obsesionarse con la musculación y con el deporte.

Trastornos de la Conducta Alimentaria y Redes Sociales

Hay que añadir que en Internet podemos encontrar cualquier tipo de información, que no siempre es fiable y positiva. En los últimos años ha cobrado especial relevancia perfiles conocidos como “pro-ANA” y “pro-MIA”, que promueven la anorexia y la bulimia respectivamente. En este tipo de perfiles se puede encontrar información sobre dietas, trucos y ejercicios para adelgazar rápidamente, como dejar de comer y ocultar la enfermedad a los familiares. También se pueden encontrar foros y chats donde los usuarios comparten sus experiencias y trucos para perder peso. Estos perfiles hacen apología de estas enfermedades, considerándolas como un “estilo de vida” que en ocasiones llegan a calificarlo como “saludable”.

Todos estos perfiles y páginas web se convierten en una red de apoyo y comprensión que favorece no pedir ayuda, negación del trastorno, oponerse al tratamiento e incluso enfrentarse a los familiares que solicitan ayuda. Dando este apoyo social y comprensión, potencian los TCA en los jóvenes. De hecho algunos bloggers, instagramers, youtubers… tienen la influencia suficiente para crear comunidades en los que se promueven este tipo de comportamientos, y comparten un contenido que en muchas ocasiones puede ser perjudicial y poco fiable, pero la admiración que despiertan en muchos de sus seguidores hace que estos sigan ejerciendo estas conductas y sus seguidores las copien, agravando estas enfermedades en quienes las padecen y precipitando en muchas ocasiones su aparición.

Esto es peligroso, especialmente en los más jóvenes, ya que son los que generalmente utilizan las redes sociales con más frecuencia y ven a algunos de estos usuarios con influencia como un referente de estilo de vida y no dudan de la información compartida en este tipo de perfiles. Internet permite que cualquier persona comparta lo que quiera y en España no hay una legislación que regule este tipo de contenido que afecta a la salud pública, como si la hay en Francia o Italia.

La universidad de Haifa (Israel) ha encontrado una relación directa entre el riesgo de sufrir trastornos de la conducta alimentaria y el tiempo que los adolescentes dedican a las redes sociales.

Aunque los aspectos negativos de las redes sociales son muchos, tienen sus ventajas si se hace un uso adecuado de ellas. Pueden ser una herramienta muy importante a la hora de tomar medidas de prevención, difundir testimonios y experiencias de personas afectadas, así como proporcionar una red social de apoyo.

Favorecer el espíritu crítico, una buena dinámica familiar y social, ser conscientes de la enfermedad, educación en una alimentación saludable y prevención a nivel escolar, familiar y sanitario pueden ser un factor de protección para este tipo de trastornos.

Por Dessyrée González Barrio

@dessy_GB

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