¿En cuántas ocasiones deseamos comunicar algo pero no sabemos cómo hacerlo? o por el contrario, ¿cuántas veces comunicamos una idea, una opinión, un pensamiento o un estado el cuál no es interpretado acorde a nuestra realidad personal? y en el peor de los casos ¿cuántas veces interpretamos negativamente la realidad de otros generando conflictos? Hoy toca hablar de comunicación eficaz.
La comunicación nos permite expresar, informar, participar, pedir, ayudar, recibir, avanzar, solucionar…y sea cual sea su finalidad, es de vital importancia para nuestro desarrollo como personas y nuestra vida en sociedad, por lo tanto, aprender a comunicarse de una manera efectiva genera un mayor bienestar en cualquiera de las áreas que comprenden nuestra vida.
No es importante únicamente lo que se expresa sino también cómo se expresa. Si aprendemos la mejor forma de hacerlo conseguiremos dos aspectos fundamentales en nuestro bienestar individual: comunicar lo que queremos y no crear conflictos ni herir los sentimientos de otra persona.
Habilidades para una comunicación eficaz:
Para conseguir que nuestra comunicación sea efectiva tanto si queremos solucionar un conflicto como conseguir algo de otra persona, es necesario que aquello que comentemos sea es específico, claro y conciso haciendo referencia a la conducta y no a la totalidad de la persona. Para ello es importante:
- Primero dar la información positiva, es decir, iniciar la conversación informando de aquello que se hace bien y genera satisfacción. Esta forma de introducir un problema fomenta la cooperación y receptividad del otro. Comenzar con acusaciones y desprecios puede suscitar en el otro conductas defensivas y de contraataque.
- Evitar expresiones del tipo “siempre” “nunca” o similares, ya que son términos muy extremos y categoriales que fomentan una actitud negativa por parte de la otra persona alejándonos de su colaboración.
- Ser neutral y no negativo. El objetivo esencial de la comunicación no es la confrontación sino la escucha y entendimiento de ambas partes y por tanto, la resolución del problema.
- Por último, abordar los asuntos por separado, cuando quede aclarado, entendido y gestionado pasar al siguiente.
Cuando queremos expresar cómo nos sentimos lo fundamental es:
- Expresar en primera persona. Lo importante es la descripción de los propios sentimientos y las causas que han generado tu estado de ánimo. No consiste en acusar al otro, sino de comunicar qué te sucede cuando ocurre algo evitando dar lugar a las malas interpretaciones.
- Pedir exactamente y en términos de conductas y situaciones específicas, lo que necesitas para solventar el problema. Tenemos la mala costumbre de dar por hecho que la otra persona sabe lo que tiene que hacer , si pedimos aquello que necesitamos proporcionamos al otro las claves para reparar la situación.
- Por último, trata de no sacar conclusiones precipitadas sobre el comportamiento del otro. Pregunta antes y formula tus interpretaciones en forma de sugerencias evitando los juicios y sentencias: “Me siento A (sentimiento), cuando haces B (acción). Me sentiría mejor si C (petición).”
“ La comunicación es una habilidad que puedes aprender. Es como montar en una bicicleta o teclear. Si estas dispuesto a trabajarlo, puedes mejorar rápidamente la calidad de cada parte de tu vida.” – Brian Tracy.
Por Rocío Blanco