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Desarrollo personal: 5 beneficios de un proceso de Coaching

Desde pequeños, en la escuela nos educan en diversas materias para adquirir unas bases de conocimiento. Matemáticas, Lenguaje, Ciencias naturales, Tecnología, Educación física… ¿pero qué hay de nuestra “Educación Psíquica”? ¿Dejamos el aprender a conocernos y a gestionarnos en manos de la vida o el destino? ¿Por qué como seres inteligentes, que se caracterizan por ello, no hemos puesto un mayor énfasis en dicho aspecto para aprender a dirigirnos de un modo eficiente? Os dejamos 5 reflexiones sobre lo que un proceso de desarrollo personal puede aportarle a cualquier persona que desee mejorar en su vida cotidiana:

5 beneficios de un proceso de Desarrollo Personal

1. Gestiona tu motivación

Resulta fundamental, conocer que es lo que de verdad nos mueve a actuar. En ocasiones, las personas que acuden a un proceso de desarrollo personal, ni siquiera son conscientes de lo que vienen buscando. Es importante identificar lo que SI quiero alcanzar para mi vida y lo que NO quiero, que pretendo dejar atrás. Parece algo bastante obvio, pero es relativamente frecuente encontrar personas que se focalizan en lo que desean evitar, haciéndolo paradójicamente presente (no pienses en un elefante).

2. Adapta tu activación

De la misma forma que necesitamos sentirnos más relajados para poder dormir, también resulta conveniente aprender adaptar nuestro nivel de activación a las diferentes situaciones con las que nos enfrentamos en nuestro día a día. Una entrevista de trabajo, una ponencia, una cita con la persona que nos gusta…, pueden resultarnos situaciones cotidianas en las que nuestro nivel de tensión puede jugarnos una mala pasada. ¿Por qué dejarlo al azar?

3. Dirige tu atención-concentración

De la misma forma que los objetivos que dirigen nuestro comportamiento han de expresarse en sentido positivo para favorecer nuestra adhesión a ellos (por ejemplo: Ganar salud vs. Dejar de fumar), resulta conveniente aprender a focalizar nuestra atención en aquellos aspectos de la “realidad” que favorecen nuestro desempeño ante un escenario determinado, en lugar de aquellos que nos distraen o nos generan dudas e inseguridades. ¿A qué aspectos si es conveniente prestarles atención para sacarle partido a este desafío?

4. Elige entre creencias poderosas vs. creencias limitantes

Nuestras pensamientos, opiniones, juicios o creencias pueden jugar un papel determinante en nuestra manera de enfrentarnos a nuestro día a día. Existen varios tipos de creencias que podemos elaborar, pero nos centraremos aquí fundamentalmente en dos para ilustrar nuestra historia. Las creencias sobre el mundo físico, fáciles de contrastar a través de nuestros sentidos (está mesa es de madera, puedo verlo, olerlo, sentirlo…), y otras creencias que tienen que ver con nosotros mismos, nuestra identidad y/o capacidades (puedo/no puedo; soy/no soy). En función de cómo finalicemos éste tipo de oraciones, podremos experimentar la sensación de empoderamiento que acompaña al pensar que puedo o que soy capaz. O la barrera que me condena y me impide actuar cuando considero que no lo soy. ¿Has pensado alguna vez sobre tus pensamientos?

5. Aumenta tu inteligencia emocional

Aprender a reinterpretar situaciones resulta fundamental para adaptar mis sentimientos a mis objetivos personales de bienestar. Ver las cosas de una determinada manera no significa que no existan otras múltiples perspectivas y opciones de hacerlo, perfectamente válidas, que me aporten una respuesta más adaptativa a la situación que lo provoca. (¿Me ofende la situación o me ofendo yo?).

¿Aún no sabes en qué te pueden ayudar este tipo de procesos de desarrollo personal?

Por Carlos Rey.

@CarlosReyPsicoa

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